Beneficios de la jardinería para el sueño

Más allá de ser una afición, cultivar un jardín o cuidar de las plantas puede convertirse en una fuente profunda de bienestar físico y mental. Por supuesto, esto ayuda en la calidad del descanso que podemos tener por las noches.

Esta es una práctica ancestral: en el antiguo Egipto, los médicos recetaban a sus pacientes los paseos por jardines como parte de su tratamiento. Se sabía entre las culturas de la antigüedad, que tener plantas en una casa, favorece los niveles de optimismo y satisfacción personal, además de reducir la tensión.

La jardinería abarca una gama completa de movimientos, desde cavar y plantar hasta podar y regar. Esta actividad física diversa no solo promueve la flexibilidad y la fuerza, sino que también mejora la coordinación y el equilibrio. Además, el esfuerzo físico involucrado puede quemar calorías y contribuir al mantenimiento de un peso saludable.

El contacto regular con la tierra y las plantas fortalece nuestro sistema inmunológico al exponernos a una variedad de microorganismos beneficiosos. Esta mayor exposición a microbios saludables fortalece nuestras defensas naturales y reduce el riesgo de enfermedades. La jardinería aumenta la frecuencia cardíaca y mejora la circulación sanguínea, reduciendo así el riesgo cardíaco y de accidentes cerebrovasculares.

Pasar tiempo al aire libre mientras trabajamos en el jardín nos expone a la luz solar, promoviendo la producción de vitamina D en nuestra piel. Esta vitamina es esencial para la salud ósea y el sistema inmunológico, y su deficiencia se ha relacionado con problemas de salud como la osteoporosis y la depresión.

¡Todo esto puede mejorar nuestra calidad de sueño!

Dentro de todas las consecuencias que podemos presentar por deficiencia de vitamina D, una de ellas es la mala calidad del sueño. La explicación a este problema es que una de las funciones principales de esta vitamina es mejorar el funcionamiento del sistema nervioso.

La jardinería actúa como una forma de terapia natural, reduciendo los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en nuestro cuerpo. El simple hecho de estar al aire libre y conectarse con la naturaleza puede calmar la mente y proporcionar una sensación de paz y bienestar. Menos estrés, mejores sueños.

Una actividad espiritual - mental en culturas orientales:

La jardinería puede ser profundamente gratificante, brindándonos un sentido de logro a medida que vemos crecer y florecer nuestras plantas. Este sentido de propósito y realización puede elevar nuestro estado de ánimo y mejorar nuestra salud emocional en general.

Diseñar y mantener un jardín implica una amplia gama de decisiones creativas, desde la selección de plantas hasta la disposición del paisaje. Esta oportunidad de expresión artística puede estimular nuestra creatividad y fomentar un sentido de inspiración y exploración.

Finalmente, la jardinería nos conecta con el ciclo natural de la vida, desde sembrar semillas hasta verlas crecer y florecer. Esta conexión con la naturaleza puede ayudarnos a sentirnos más arraigados y en sintonía con el mundo que nos rodea, promoviendo así un sentido de paz interior y armonía.